¿Hasta cuándo podemos ser tolerantes? tolerancia
¿Hasta dónde podemos ser tolerantes?
Cada día nos enfrentamos a nuestros propios miedos y en algunas ocasiones es posible que sucumbamos y no logremos controlarnos al enfrentarnos a ciertas situaciones que ponen a prueba nuestra paciencia. ¿Te ha sucedido? Desde luego es muy probable que hayas tenido ese tipo de experiencia, pues a todos nos ha pasado.
Imagínate que se acerca un niño de 3 años a golpearte severamente con puños y puntapiés, ¿Te pondrías a devolverle golpes de puños y puntapiés también? Es lógico que tú no lo harías, solo una persona adulta con problemas mentales se pondría a devolver los golpes a un niño de esa edad.
Del ejemplo visto, podemos ver que ese es un punto de tolerancia, una persona puede tolerar a ese chiquillo dando golpes simplemente porque mentalmente nos fijamos que somos superiores y podemos dominar la situación. Por otro lado también podemos notar que no corremos peligro y que en definitiva no hay necesidad de defendernos.
¿Qué es tolerancia?
Existen muchos conceptos, sin embargo podemos decir que es la capacidad para soportar adecuadamente ciertas circunstancias con entereza mental y control físico. Por ejemplo, cuando nos tomamos un café caliente, nuestra boca puede soportar un grado de temperatura y por ello podemos tolerar ese líquido sin ningún problema, pero si está muy caliente, no tiramos el café por el simple hecho de que puede quemarnos la boca.
Algunos conceptos aseguran que tolerancia es la “Actitud de la persona que respeta las opiniones, ideas o actitudes de las demás personas aunque no coincidan con las propias”. Este concepto deja un vacío sin fondo. Al mencionar que respeta las actitudes de los demás no contempla hasta qué punto se debe soportar aquello, de hecho respetar no es lo mismo que soportar.
Tolerar tiene que ver con la capacidad de controlar el carácter mientras ocurre un evento en ciertas circunstancias, como los ejemplos ya dados anteriormente, sin embargo, hay circunstancias que la tolerancia nos ayudará a medir el punto exacto donde debemos de actuar y en el que debemos quedarnos tranquilos.
Casos que pueden ponerle a prueba
Digamos que usted se encuentra tratando de controlar a una persona ebria que le insulta constantemente, usted debe analizar si hay peligro de por medio que le obligue a someter físicamente a aquella persona, usted observa el entorno y se da cuenta que no hay mayor peligro, pero, la circunstancias cambia y el borracho tambaleando se lanza hacía usted con un cuchillo en mano.
Lógicamente usted no se quedará quieto, debe de actuar inmediatamente porque el evento reviste peligro inminente, mucho más si usted nota que hay personas en estado vulnerables que ameritan una acción inmediata, por eso si su capacidad física le permite, someterá físicamente al agresor en estado de ebriedad, y le quitará el arma.
Por otro lado se asegurará que no debe lastimarlo si esa persona no tiene capacidad mental para controlar sus emociones e inmediatamente llamará a la policía.
Piense por un momento, que sucedería si usted no controla las emociones y golpea de manera brutal al agresor, más que seguro le acusarán de atacar a una persona en estado vulnerable, por lo tanto no es una decisión sabia actuar violentamente sin medir los daños colaterales.
Otros casos
Veamos otro ejemplo, surge una discusión con su pareja, se lanzan palabras de forma acalorada que no resuelve el conflicto, ¿Qué haría usted para resolver el conflicto? Sabemos que la comunicación es un buen medio para resolver problemas, ¿Optaría usted por esta opción? Mientras las personas estén con cabeza caliente no podrán llegar a un acuerdo, por lo tanto no es conveniente.
La tolerancia le permitirá con cabeza fría analizar la situación y optar por lo más recomendable, teniendo en cuenta que no todos los eventos tienen las mismas circunstancias, es posible que quedarse en silencio ayude a que la otra persona se calme y luego puedan iniciar una conversación que permita resolver el problema.
Ahora bien, si uno de los conyugues inicia nuevamente la discusión y se acalora, el silencio del tolerante le dará la pauta para hacerle entender que no hay vía para una discusión sin sentido. Es una técnica que no fácilmente se podrá poner en práctica, pero es posible que a la larga se note la diferencia, desde luego trabajar la pareja en este detalle les ayudará a ser tolerantes consigo mismo y con los demás.
¿Qué sucede si por ser tolerantes abusan de nuestra paciencia?
Ser tolerantes no significa ser tontos, uno debe apropiadamente y en el momento oportuno aclarar de manera calmada, lo que está bien o no, por ejemplo, ¿Qué tal si un hijo o hija pretende siempre salirse con la suya? Es precisamente la tolerancia que le indicará que hacer, en estos casos se debe ser firme y no permitir que los llantos u otro tipo de manipulación cambie las decisiones, es también posible que si la situación amerita, usted tenga que cambiar de opinión, esa es la característica de una persona tolerante, pero hasta el punto de analizar, si hay peligro inminente o no, si las circunstancias del evento obligan a mantenerse firme o si es necesario optar por una postura diferente.
Hay hijos que lloran por salir a la fiesta con sus amistades, usted sabe que el lugar no es seguro, no tiene por qué ceder, ser tolerantes no significa ceder ante el peligro inminente solo por complacer a las personas que amamos.
Si su pareja actúa siempre poniendo en peligro su integridad y la de los suyos, no significa que por ser tolerantes tenga que soportar todo un sufrimiento, al contrario, si nota peligro, acuda inmediatamente de manera sabia a buscar protección inmediata.
Ser tolerantes también significa reconocer sus propias falencias, o sea, nota usted que esa persona siempre olvida las cosas, pero usted lo recuerda todo, sin embargo, usted tiene un defecto como administrar mal el dinero, por ello es necesario, ponerse en los zapatos de la otra persona y entender, reconocer, respetar las diferencias, porque usted también tiene defectos que no logra cambiar.
Recuerde siempre.
- La tolerancia necesita ser practicada.
- Analice las diferentes situaciones que pueda usted atravesar.
- Analice si su entorno hay peligro inminente, y actúe.
- Reconozca sus propios defectos.
- Mantenga la calma y actúe según las circunstancias.
- Respete las diferencias.
- Es preferible huir y no tener que enfrentarse a condiciones que no permitan resolver un conflicto.
- Aprenda a escuchar y a mirar.
- Aprenda a ser firme y mantener su palabra si el caso lo amerita.
- Cambie de opinión si nota que es necesario.
Los casos mencionados pueden variar, solo usted quien experimenta los eventos puede decidir, por ello es necesario analizar cada situación, tal como ya lo dijimos antes. En una próxima ocasión trataremos eventos que pueden ayudarle a fortalecer su carácter y controlar la situación, como la asertividad como mecanismo para resolver problemas de manera eficaz.
No olvide dejar su comentario y compartir este importante tema, de seguro se lo agradecerán.